José Mari llegó el pasado verano al Xerez procedente del Nástic y posee un palmarés con el que soñaría cualquier futbolista por su excelente trayectoria. Aún así, muchos dudaban de él y del rendimiento que podía ofrecer. El sevillano, desde el pasado mes de junio hasta hoy, ha callado muchas bocas, tantas que se ha convertido en el ídolo de la afición azulina no sólo por sus goles, también por su trabajo en el campo y en el vestuario. Y es que marque o no, rara vez no es el jugador más destacado de su equipo.
Vive una segunda juventud y reivindica el trabajo de los veteranos porque "ahora la cultura deportiva de los jugadores es muy distinta a la de antes, todos nos cuidamos más y así es normal que nos dure mucho más la gasolina. Ejemplos hay muchísimos, aunque yo siempre pongo el de Carboni, que jugaba con 39 años y le quedaba cuerda para rato, sin olvidarme de Cañizares, todos se han conservado muy bien y han dado mucho al fútbol. Aquí, al principio, había muchas dudas sobre el equipo porque se ficharon muchos veteranos, pero ahí estamos. Nos hemos colocado arriba y ahí queremos seguir hasta el final. Es un proyecto bonito y lo sería mucho más si tuviese un gran final".
-¿Usted lleva el mismo camino de Carboni o Cañizares? ¿Se ve jugando con cuarenta años?
-Para mí, el fútbol es pasión. Me encanta jugar, aquí soy feliz, me siento realizado, cómodo, me encuentro a gusto y por eso las cosas me están saliendo bien. Cuando llegas a una cierta edad, sabes perfectamente cuando sobras y yo, antes de arrastrarme, me marcho a mi casa. En el Betis me sucedió eso. Firmé por tres temporadas y cuando llevaba año y medio en el equipo me marché porque lo importante es ser feliz. Allí no lo era, me marché y tan amigos.
-Nunca ha destacado por ser un goleador pero aquí ha recuperado esa faceta...
-La verdad es que nunca había conseguido tantos a estas alturas de temporada. Va por rachas, llevo diez y ojalá marque otros diez más porque sería muy positivo para el Xerez. En el Nástic, por ejemplo, marqué pocos pero tampoco jugaba de delantero delantero como aquí, allí me ponían en la banda derecha y me resultaba mucho más complicado.
-¿Sufrió mucho viendo por televisión el encuentro de sus compañeros en Salamanca?
-Muchísimo porque parecía que teníamos el partido totalmente controlado y en cinco minutos nos complicamos la vida y nos quedamos con diez. Menos mal que sacamos casta y volvimos a poner la cosas en su sitio. Necesitábamos el triunfo para colocarnos en una buena posición y ahora nuestro objetivo es mantenerla.
-¿Listo para volver ante el Rayo y seguir marcando?
-Ojalá. Ya tengo mono de competición porque el partido ante el Girona, el último del año pasado y el último que jugué, queda muy lejos por las vacaciones de Navidad. El del Rayo va a ser un encuentro bastante complicado y tendremos que trabajar muchísimo para sacarlo adelante. Creo que ahora afrontamos una serie de encuentros ante rivales fuertes que van a definir lo que podemos hacer en esta competición.
-¿Qué opinión le merece el Rayo Vallecano?
-La pasada semana sufrió un accidente en su casa con la derrota ante el Celta pero ese resultado no debe ser nuestra referencia. Es uno de los equipos que mejor juega al fútbol de la categoría, está arriba por algo, ya que cuenta con jugadores de primer nivel, que han estado muchas temporadas en Primera. Es un equipo con experiencia, calidad y fuerte. Creo que se puede ver un gran encuentro y espero que los tres puntos se queden en casa.
-¿Qué le ha pedido a los Reyes?
-No soy de pedir muchas cosas, no les he pedido nada en especial. En lo deportivo, que sigamos como hasta ahora porque así tendremos muchas posibilidades de llegar al final de Liga en los puestos altos de la clasificación. En lo personal, salud, que es lo más importante de todo. Con salud y sin lesiones, puedes aspirar a lo máximo. Espero que tengamos un buen año. Todos estamos tremendamente ilusionados y nos encantaría ofrecer el mejor regalo posible a esta afición, que siempre está ahí.
