No pudo ser. De nuevo se escaparon los tres puntos en Chapín en un partido en el que el Xerez mereció la victoria. El equipo de Juan Merino entró concienciado al partido, consciente de la imagen dado dos semanas atrás y con la ambición y las ganas de darle una alegría a la afición. El Nàstic se centraba en los primeros minutos única y exclusivamente en mandar balones largos a Powel, su referencia arriba, a la vez que estar bien replegado atrás para no dar espacios al Xerez. Por banda izquierda, netamente jerezana con Mendoza y José Vega, venía el peligro en los primeros minutos. Ambos lo intentaban tanto por banda como volcándose hacia el centro, pero sin suerte en el desborde ni en el posterior remate de sus centros a los delanteros. Para frenar estas embestidas y las de banda derecha del ataque azulino, los jugadores del Nàstic se empleaban con dureza, sobre todo sobre Israel, muy móvil durante el inicio de partido. Con el paso de los minutos los azulinos tomaban el control del partido, creando ocasiones continuas. La entrada de Longás en el minuto 34 por Viguera en el Nàstic era síntoma de que a Joan Carles Oliva no le gustaba cómo estaba plantado su equipo en el campo. Los xerecistas lo intentaban una y otra vez, pero sin suerte. En el minuto 36, ocasión clarísima de Tato que no acertó a rematar un centro a boca de gol tras cabalgada espectacular de José Mari. Lo seguirían intentando los xerecistas, pero sin el premio del gol que por méritos propios se merecían en la primera mitad, a la que se llegó a su conclusión con el empate a cero inicial.
La segunda mitad comenzó con susto en Chapín. José Mari cayó en mala posición tras pelear el enésimo balón aéreo y se golpeó en la espalda con violencia. Afortunadamente, el sevillano pudo continuar sobre el terreno de juego. Con el paso de los minutos el partido entró en una fase en la que ninguno de los dos equipos tenía el control, yendo el balón y las ocasiones de una portería a la otra sin mucho sentido. Merino reaccionó dando entrada a Óscar Díaz y Capi, que retomaron el control de la posesión y comenzaron a crear las primeras ocasiones. Esta nueva situación animó al público en las gradas, apagado en los primeros compases de la segunda parte por el juego sin mordiente de su equipo. En el minuto 72 un despiste monumental de la defensa pudo dar el premio gordo al Nàstic. Afortunadamente Lombán sacó bajo palos un remate de Powel que ya había rebasado a Toni Doblas en su agónica salida. Aviso serio de un Nàstic dispuesto a matar el encuentro en una contra, su única arma durante los noventa minutos. En el tramo final de partido los azulinos se volcaron con todo sobre la meta de Rubén Pérez. Israel, tocado en uno de sus gemelos, aguantó sobre el terreno de juego para no dejar a su equipo con diez. Enorme esfuerzo del utrerano, que veía como José Vega por banda era derribado de manera violenta por Rodri. Roja al jugador del equipo tarraconense y el Xerez con uno más en el descuento. La tuvo Óscar Díaz a pase de Vélez, pero el centro por línea de fondo del vitoriano no fue aprovechado por el madrileño para hacer justicia en el marcador. Un punto que sabe a poco y desde el martes a pensar en el derbi andaluz ante el Córdoba del próximo domingo.
xerezcd.com
